Gardnar Mulloy acaba de superar el siglo de vida y no colgó su raqueta hasta los 95, pero aún tiene un sueño tenístico: quiere jugar una vez más en la Catedral. Fue un héroe en la Segunda Guerra Mundial, ganó Wimbledon con 43 años y añora los tiempos de Laver o Tilden, que sin duda ganarían a Nadal o Djokovic si jugasen con el mismo equipamiento moderno
Head Sprint SF: Ligereza y durabilidad
Redacción