En un país devastado por la guerra, la serbia buscó la manera de entrenar para poder convertirse en profesional y ganar años más tarde Roland Garros, además de alcanzar el número uno del circuito femenino. Tras besar el éxito, Ivanovic, expuesta al laberinto mediático que rodea a una estrella creciente, no ha vuelvo a ser la misma. Lucha, sin embargo, por recuperar ese camino hacia el éxito
Redacción