Mientras Novak Djokovic supera dos puntos de set ante el sorprendente Pierre-Hugues Herbert (7-6 y 6-3 para sellar su estreno en el Masters 1000 galo), Rafael Nadal camina por las entrañas del Palais Omnisport de París-Bercy cuatro años después de su última participación. El español, que debutará contra Marcel Granollers, sabe que si gana el título se asegurará terminar el año como número uno del mundo sin importar lo que haga el serbio en la Copa de Maestros y en la final de la Copa Davis, los dos últimos eventos del calendario de Nole. Para eso, sin embargo, el mallorquín deberá superar un cuadro lleno de aristas, con un hipotético cruce en tercera ronda contra el polaco Jerzy Janowicz. En consecuencia, el número uno del mundo se enfrenta a un reto mayúsculo en la superficie donde históricamente peores resultados ha logrado, una en la que suma un 65% de victorias cuando en el resto está por encima del 78%. Es Nadal contra su propia historia.
“Es complicado que lo consiga en un torneo que no he ganado nunca”, resumió el número uno ante la prensa horas antes de debutar. “Nadie lo ha hecho antes. Ganar seis Masters 1000 la misma temporada sería algo casi inigualable”. Coronado en Indian Wells, Madrid, Roma, Canadá y Cincinnati. El mallorquín busca lograr lo que nadie: ganar seis Masters 1000 en la misma temporada. De hacerlo, añadiría a su extenso currículo uno de los dos trofeos de la categoría que no tiene, sumado al de Miami.
Nadal debía competir en Basilea, pero días antes tomó la decisión de bajarse del torneo suizo tras valorar los kilómetros recorridos en 2013, dejándose guiar por su cuerpo y pensando el tramo final de la temporada. ”He preparado este torneo desde casa, con mi familia y amigos, jugando un poco al golf. También he jugado un poco al tenis”, reconoció Nadal. “El tenis no se pierde descansando una semana y yo necesitaba tiempo de relajación tras una temporada muy cargada”. En París, la ciudad donde ha ganado ocho títulos de Roland Garros, Nadal se prepara para hacer suyo el otro gran torneo de la capital, uno que nunca mordió.
Andújar, del sofá a segunda ronda de París
El español, que se retiró de la fase previa del último Masters 1000 de la temporada, entró al cuadro final como lucky loser tras la baja del francés Monfils. El número 52 del mundo estaba ya en Valencia, concluida su temporada, cuando todo cambió. “A las 22.30 horas apagué el teléfono para dormir, pero tenía un análisis de sangre a las nueve de la mañana y me acordé que no tenía puesta la alarma, por lo que encendí el teléfono y vi el mensaje de la ATP cerca de las 23.30 horas. Entonces dije, pues si puedo jugar entonces voy, o por lo menos lo intento. La firma era hasta las 10.30 horas de la mañana”. Andújar superó el denso tráfico de París, llegó a tiempo para firmar como lucky loser y ganó a Pospisil en un duelo apretado en la pista central de Bercy. Hoy, tras la odisea de ayer, se enfrentará a Berdych.